miércoles, 31 de julio de 2013

Feliciano, la punta del iceberg

Hace unos días vi en las redes sociales un video en donde un empleado del Ayuntamiento de Centro obligaba a un niño indígena de Chiapas vendedor de dulces a vaciar su canasta en plena calle, a tirar sus productos al suelo. Confieso que ver este video me hizo llorar.

Este es un asunto que tiene muchas aristas y que es preciso analizar para poder entender el hecho en su exacta dimensión. Este niño es apenas la punta del iceberg de un problema mayor, es uno de tantos cientos o quiza miles de niños que trabajan en la ciuidad de Villahermosa vendiendo dulces, limpiando parabrisas o haciendo malavares en los cruceros, muchas veces explotados por sus propios familiares, en lugar de estar en la escuela y jugando con otros niños de su edad.

Por ley está prohibido vender cigarros a menores de edad, mucho más que sean los propios menores quienes los vendan. Es comprensible que eso es lo que estaba tratando de evitar el funcionario, pero no fue la mejor manera.Si bien él estaba haciendo su trabajo, creo que no fue la forma correcta. Humilló la dignidad del niño y llevó su actuación a los extremos. Gracias a un camarografo de television por cable que grabo el video y lo subio a redes sociales muchos pudimos conocer del caso, comentar y compartirlo con otras personas en redes sociales hasta lograr que el caso del niño fuera conocido por muchos. La opinion publica de inmediato se volvio en contra del empleado municipal y pidio su destitucion, incluso de su compañera que solo se quedo mirando el hecho.

Ante la pobreza extrema que viven varias comunidades del norte de Chiapas, los familiares ven como algo normal que los niños trabajen para aportar dinero al hogar, aun sin saber que la explotacion infantil-de cualquier tipo-es un delito. Hay gente que aprovecha esta situacion para reclutar personas de estas comunidades para "trabajar", incluiudos menores de edad, a quienes le hacen entrega de una canasta de productos por cuya venta les pagan una cantidad insignificante.

Lo más dificil de creer es la indiferencia de la sociedad y de las autoridades. Es lamentable que estas acciones no se persigan de oficio, pues cotidianamente es en las propias narices de las autoridades de los tres ambitos se dan estos actos de explotacion infantil.

El gobernador del Estado de Tabasco, Arturo Nuñez Jimenez, anuncio que dará ayuda al niño vendedor con una beca escolar, atecion médica y sicologica. Es digno de elogiar ese gesto del gobernador. Pero más allá de este apoyo creo que es el momento de diseñar politicas publicas que protejan la integridad fisica, mental y emocional de los niños tabasqueños o de cualquier otro niño que viva de manera permanente o temporal en suelo tabasqueño.

comentarios: isidorovm@hotmail.com